Como se ha apuntado en otro lugar, el trabajo de Ángel Marcos remite insistentemente al “punto ciego” de Canetti, más allá del cual las cosas han dejado de ser verdaderas. En este más allá de la experiencia moderna es donde el autor sitúa el disparador de su mirada; allí, en el espacio comprendido entre el deseo y la publicidad en tanto que construcción resultante del hecho histórico de haber reemplazado lo real por la seducción.
El trabajo de Ángel Marcos se desarrolla sobre proyectos concretos que sirven de enfoque subjetivo para la acción fotográfica. Tal es el caso de Los bienaventurados (1997), La Chute (2000), Alrededor del sueño (2001-2008), Rastros, (2003), Un coup de dés (2008), Rabo de Lagartija (2010), La mirada oculta (2011) o La subversión íntima.
Todos estos proyectos se han exhibido en exposiciones individuales y colectivas en numerosas instituciones internacionales y galerías privadas.