Juguemos al juego del amor. Es un joc clásico. Tan viejo como el ser humano. Por eso no es extraño que hace cinco siglo Shakespeare ya hiciera un dibujo tan cercano a nuestros días. En el juego del amor todo es posible: el fuerte puede convertirse en el débil; el noble, plebeyo; el amo, criado… los papeles se reparten y cambian como en un baile de máscaras. Reiremos bien a gusto con las estrategias, los rumores y las ingeniosas maniobras de estos personajes que juegan a enamorarse. Però… ¿qué pasará cuando el jeugo, de repente, se vuelva serio?