Un pescador de Cádiz me dijo un día:
(Léase con voz de haber tomado varios vinos) “No hace falta que tú barco se hunda o que te pierdas en una isla desierta para ser un náufrago, hay quien en Nochevieja se le atragantan las 12 uvas...Y eses, ese...sí que es un náufrago de su vida...¿Me estás escuchando o qué? Sí, pues entonces, échame otro vino”.
Náufragos, un espectáculo unipersonal de títeres para jóvenes y adultos, de pequeño formato, sin palabras para aforo reducido y espacios poco convencionales, donde los tapones de corcho, cartones de vino, botellas, cava, sacacorchos...y la ebria soledad, crean el imaginario etílico de la isla desierta que llevamos por dentro.