El olor a tierra húmeda tras la tormenta, de hierba recién cortada… El orballo en la cara, resbalando por las manos. La sensación de tensión antes de la tormenta, abrir los brazos y recibir el agua fresca…
Jirones de nubes enganchados en el sol, deslumbrar dorado ensombrecido por la tarde. Cerrar los ojos y disfrutar los últimos rayos del día.
El sonido de la gaita de un pastor…
Andar peregrino acompañado por la propia sombra, en un caminar silencioso en el que grita el silencio. Ver sin luz con los ojos de la fe.
El roce de la brisa en las cañas del río, rumor de agua que invita al descanso y a la contemplación. Melodías surgidas de la memoria que se convierten en la banda sonora de tu Camino.
Sentir el frescor de la noche en el torso desnudo. El crujir de los árboles mecidos por el viento, el relente de la hierba fresca en las plantas de los pies… Ser Uno con la Naturaleza.
El aullido de los lobos resonando en las montañas como el eco de un roncón…
Oír tu propio corazón como un tambor en tu interior, sentir la respiración de tus pulmones como la de un fol… Cantar tus recuerdos, eslabones de la cadena de tu memoria.
Y caminar solo. Solo frente a ti mismo. Y pensar música.
Sentir la vida de tus antepasados recorriendo tus venas, posar tus pies en las huellas que han hollado su propio Camino antes.
Y pensar música pasada que se hace futuro en tu presente. Vivir tu Peregrinatio.
Mosquera Celtic Band, el despertar de la Leyenda Celta.