Shout Out Louds en Santander
Multiple dates
Av de la Constitución, 27 (Parque de Las Llamas), Santander
PUERTAS 21:30
CONCIERTO 22:00
ANTICIPADA 15 € TAQUILLA 18 €
Convencieron cuandos nos visitaron en 2008, vencieron cuando lo hicieron en 2011 y en octubre aún prometen subir un escalón más. Porque los de Estocolomo regresan con“Optica” bajo el brazo, su cuarto disco, el que los ha puesto todavía más en órbita de lo que ya estaban. Hablamos de una de las bandas nórdicas que con mayor convicción transita por lo alto del indie-pop europeo, inspirada y propulsada por esa lección que tan bien ha aprendido de The Cure: lograr que incluso sus canciones más felices sepan transmitir acertados pespuntes de melancolía interior. Se formaron a principios de siglo, a partir de amistades de infancia alargadas en el tiempo. En 2003 cayeron el primer single y el primer EP. En 2005 llegó el turno para el disco de debut, “Howl Howl Gaff Gaff”. A esas alturas ya giraban internacionalmente y eran aclamados en su país natal. La descarga de energía, las canciones isotónicas que dan alas, el sonido ultramelódico: todos sus rasgos estaban ahí desde el principio. La fuente era el pop de los 60, filtrado, eso sí, por el indie de los 80 y 90 y sin perder el entusiasmo del original. Que ese LP inicial fuera un candidato en muchos lugares a mejor disco del año aparecido de la nada no es casualidad. Luego han caído tres más, el último de ellos el antes citado “Optica”, que ha salido este febrero. Como viene siendo normal habitual en el grupo, e igual que ha ocurrido en los tres discos que han precedido al más reciente, siguen refrescando ligeramente el calor de su debut, haciendo que lo que parecía una salvaje desesperación mantenga ahora la carga emocional, pero con mesura.
CONCIERTO 22:00
ANTICIPADA 15 € TAQUILLA 18 €
Convencieron cuandos nos visitaron en 2008, vencieron cuando lo hicieron en 2011 y en octubre aún prometen subir un escalón más. Porque los de Estocolomo regresan con“Optica” bajo el brazo, su cuarto disco, el que los ha puesto todavía más en órbita de lo que ya estaban. Hablamos de una de las bandas nórdicas que con mayor convicción transita por lo alto del indie-pop europeo, inspirada y propulsada por esa lección que tan bien ha aprendido de The Cure: lograr que incluso sus canciones más felices sepan transmitir acertados pespuntes de melancolía interior. Se formaron a principios de siglo, a partir de amistades de infancia alargadas en el tiempo. En 2003 cayeron el primer single y el primer EP. En 2005 llegó el turno para el disco de debut, “Howl Howl Gaff Gaff”. A esas alturas ya giraban internacionalmente y eran aclamados en su país natal. La descarga de energía, las canciones isotónicas que dan alas, el sonido ultramelódico: todos sus rasgos estaban ahí desde el principio. La fuente era el pop de los 60, filtrado, eso sí, por el indie de los 80 y 90 y sin perder el entusiasmo del original. Que ese LP inicial fuera un candidato en muchos lugares a mejor disco del año aparecido de la nada no es casualidad. Luego han caído tres más, el último de ellos el antes citado “Optica”, que ha salido este febrero. Como viene siendo normal habitual en el grupo, e igual que ha ocurrido en los tres discos que han precedido al más reciente, siguen refrescando ligeramente el calor de su debut, haciendo que lo que parecía una salvaje desesperación mantenga ahora la carga emocional, pero con mesura.
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