Tomemos la "Fierecilla domada" de Shakespeare. Pongamos a cuatro actores sobre el escenario y hafgámosles decir, canta,, desdoblarse, multiplicarse...
El resutado es I love Catalina, una adptación moderna y gamberra de una de las comedias más salvajes del gran dramaturgo inglés.
Una contienda entre las conversaciones y el papel de la mujer: un auténtico choque de trenes que pondrá a prueba los nervios de todos, incluso del público que les observa, del cual es posible que en algunos momentos se necesite una colaboración activa.